Todos
podemos tener un pequeño jardín en casa, aunque no tengamos una terraza o un
terreno exterior, podemos adaptar algún rincón dentro de casa para poder
observar con los niños los ciclos de la vida de las plantas.
Solo necesitáis
:
•Semillas.
•Maceta con
tierra o substrato.
•Kit de
jardinería (regadera y herramientas).
•Ponerlo a
una altura adecuada para los niños.
Se pueden
elegir tomates, perejil, menta, margaritas, girasoles….hay un millón de
opciones.
En internet tenéis
muchas ideas geniales.
Para
realizar ciertos trabajos de jardinería se recomienda utilizar guantes o mandilones, pero en el Patio creemos que es
bueno que los niños/as puedan tocar las flores, las hojas, la tierra… y aprender
también mediante el sentido del tacto.
El jardín ya
huele a Primavera… todas las flores que habíamos plantado otros años ya están
saliendo, todo empieza a tener color.
A través del
juego, el misterio, la sorpresa, los niños pueden empezar a entablar una
relación agradable, positiva, con las plantas y eso les motivará a saber más
sobre ellas. Poco a poco, también entenderá que las plantas están vivas, que
crecen, se transforman, se reproducen y mueren.
Es
fundamental ayudar a los niños a apreciar la vida vegetal, a entender la
importancia de las plantas para su vida y la de la salud de su entorno. Por eso
hay que dejarles bien claro que las plantas son seres vivos, no se pueden
arrancar a lo loco, las podamos cuando es necesario y se les explica por qué se
tiene que hacer así.
Las observamos,
las tocamos, las olemos. Les encanta y por supuesto nos encanta a nosotras. Ver
la delicadeza con la que las tocan, las caras que ponen cuando las huelen y los
comentarios que hacen… ¡es suave! ¡es naranja!¡tiene pelitos!¡huele genial! o
algún otro ¡aaaargg, no me gusta como huele! Jijiji.
Este año
hemos incluido una zona de plantas aromáticas y poder trabajar con ellas todos
los sentidos. Tomillo, hierbabuena, menta, orégano, romero…entre otras.
Nuestra “Güertina”
Ya tenemos todo preparado para empezar a
plantar diferentes tipos de lechugas, tomates y tomatinos (como llaman los niños/as
a los tomates cherry) pimientos, pepinos, fresas, berza…
Ellos/as se
encargarán de hacerlo, observarán su crecimiento, los bichitos que hay por la
tierra, regaremos (cosa que les encanta). Cuando ya
están maduros, dejamos que el niño/a los recolecte, los admire, los toque, los
huela y por supuesto, cuando esté todo listo, ¡lo comeremos!
En la zona
de las fresas hay que poner una red para que los pájaros no nos las coman. Bueno,
los pájaros y los no tan pájaros. Por mucho que les digas a los niños/as que
hay que lavar las fresas antes de comerlas,
es un “fruto “que no podemos evitar llevárnoslo a la boca en cuanto lo vemos.
También nos
podemos encontrar con caracoles comiéndose las lechugas, las berzas o el
repollo… así que en el jardín tenemos una planta que llamamos “la casa de los
caracoles” y ahí llevamos a todos los caracoles que invaden nuestra huerta.
Aprender que
lo que comemos no aparece en el plato sin más, ni siquiera aparece en el
supermercado como salido de la nada, sino que los alimentos vienen de la
tierra, o del mar, y que detrás de ellos hay tiempo y esfuerzo, y lo más
importante y sin lo cual no sería posible la vida: el agua y la luz del sol.
Desde el
Patio queremos animaros con esta actividad y que nos mandéis fotos de vuestro huerto
urbano ya sea en el exterior o en el interior.
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