El Patio de mi Casa funciona como un gran hogar familiar que se organiza en torno a las necesidades de los niños que acuden a él.
El aula, es un lugar apacible donde los niños pueden
jugar e imaginar libremente mientras se sienten seguros y cómodos. Es cálida y
acogedora, está cuidada e intencionalmente llena de elementos naturales. Los materiales
son de madera que animan a los niños a crear, cuidar y organizar juegos. Todos
estos juguetes permiten al niño desarrollar la motricidad fina y gruesa,
desarrollar el juego simbólico, la imaginación y les da la posibilidad de
reproducir en el juego sus diversas experiencias cotidianas, así como las
actividades de los adultos, y los diferentes oficios.
Aprender
jugando
En el juego, los niños desarrollan el pensamiento
creativo, la solución de problemas y desarrollan las habilidades sociales a
través de la interacción con sus compis.
Los niños escuchan cuentos que fortalecerá su
memoria, desarrollará su capacidad de comprensión y la imaginación. . Las
historias, canciones y rimas infantiles dichas en clase cultivan en los niños el
lenguaje.
Aprenden sobre el mundo físico a través del movimiento tanto en el desarrollo de su motricidad gruesa como fina.
Aprenden sobre el mundo físico a través del movimiento tanto en el desarrollo de su motricidad gruesa como fina.
Todas estas actividades de aprendizaje se llevan a cabo
en consonancia con los ritmos diarios y los ritmos de las estaciones que
conectan a los niños con el mundo que los rodea.
"La tarea de la maestra en la escuela es adaptar las actividades prácticas de la vida cotidiana a fin de que
sean adecuadas para ser imitadas por el niño a través del juego. Las
actividades de los niños en la escuela deben derivar de la propia
vida en lugar de ser "pensadas " por la intelectualidad de los
adultos. En la escuela, lo más importante es dar a los niños la
oportunidad de imitar lo que ocurre directamente en la vida misma."
Rudolf Steiner
La jornada comienza a las 7.30, los niños van llegando y
se les recibe uno a uno para darnos los buenos días, un beso, un abrazo y
preguntarnos como estamos. Nos sentamos para ponernos las zapatillas y
quitarnos el abrigo, les dejamos que lo hagan solos o al menos lo intenten.
Una vez preparados vamos a la puerta del aula y saludamos
al resto de compis que nos están esperando desde el momento que sonó el timbre…hasta
que no lleguen todos nuestros compis no empezamos con la actividad diaria.
Mientras los esperamos, “el juego es libre”, decimos “libre”
porque todo está supervisado y siempre intentamos que sus capacidades vayan a
más. Hablamos con ellos para que expresen que hacen o como se sienten, les
ayudamos en sus dificultades para que el juego realmente sea reconfortante.
Todo el material está a su alcance. Es importante que
cuando acaban de jugar, lo vuelvan a dejar en su sitio para que el espacio de
juego este recogido y se pueda seguir jugando sin que el material que no se está
utilizando nos entorpezca, ya que estamos todos juntos desde los bebes hasta
los de 3 años.
En la actualidad muchos niños son hijos únicos, y por eso
es muy importante que los niños de diferentes edades puedan convivir, pues los
pequeños pueden aprender de los mayores por imitación y al mismo tiempo los
mayores aprenden a colaborar y ayudan a los más pequeños en las actividades que
les cuesta realizar, y de este modo, esta convivencia les ayuda a desarrollar
conductas de sociabilidad.
Cuando ya estamos todos en el aula y está todo recogido.
Los niños ya preguntan ¿Qué hacemos hoy?
La semana ya está organizada, así que durante el juego
libre observamos cómo están los niños de receptivos y hacemos la actividad que
mejor les vaya en ese momento. Si un niño no quiere hacer la actividad, no la
hace. Cuando no quieren participar suele ser porque están super concentrados
jugando, ya sea cuidando a sus muñecos o afrontando un nuevo reto con el
material que está jugando.
Las actividades están pensadas para adquirir nuevos
conocimientos, todos basados en la experimentación, imaginación y creatividad.
Investigamos nuevas texturas, olores, colores. Todo lo observamos,
lo tocamos y lo olemos. Una vez terminada la actividad del día y todo vuelve a
estar en su sitios es hora de reponer fuerzas y comer algo, lo llamamos la hora
del piscolabis. Así que nos aseamos y volvemos al aula. En el momento
piscolabis, siempre hay cuentos o canciones. Son los niños los que piden la
canción que quieren o el cuento que les apetece en ese momento.
Cuando ya estamos listos…volvemos al “juego libre” y un par de voluntarios nos ayudan a organizar la zona del
comedor. Barremos, limpiamos las mesas, ordenamos las sillas y vamos poniendo
la mesa para tenerlo todo listo a la hora de comer.
Antes de comer… nos aseamos y comemos. Cuando terminamos,
se encargan de recoger y limpiar a ritmo de canciones. Haciendo estas tareas se
hacen más responsables y sin saberlo están
educando sus manitas en la pre-escritura. En estas edades les encanta imitar y
ayudar y lo hacen súper contentos.
Es hora de asearnos para ir a dormir. Los que no duermen la
siesta en ‘el cole’ esperan a sus papis descansando porque ya estamos agotados.
Nos vamos levantando poco a poco de la siesta, volvemos a
asearnos y jugamos tranquilitos para no
molestar a los que están durmiendo mientras esperamos al resto de compis y
merendamos.
Los niños que vienen por la tarde tienen la misma rutina
que los de la mañana, sólo que organizan mesas para merendar y luego ya se
hacen las actividades correspondientes.
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